Programa de Formación y Actualización en psicoanálisis. Freud-Lacan (3er. semestre)

La propuesta de este programa se dirige a realizar un trabajo sistemático de los textos freudianos y lacanianos con el propósito de situar en el recorrido, los preceptos centrales en los cuales Lacan se afirmó en su lectura para fundar una nueva escuela de Psicoanálisis. 

Para ello el método será la disciplina del comentario de los textos de los maestros, en un ordenamiento de articulación conceptual. 

Esta modalidad implica continuar con las enseñanzas de Lacan, retomar su lectura de Freud, señalar los contrapuntos, sus puntos de apoyo y sus rupturas. 

El sintagma: Retorno a Freud es el eje de lectura con el cual Jacques Lacan da inicio a su enseñanza pública. Pero ¿a qué Freud retorna Lacan? Es indudable que un autor de la talla de Freud tiene más de un matiz en sus elaboraciones, incluso mucho de lo que Lacan discute con el psicoanálisis de su época es posible de rastrear en algunos planteos de Freud. Por ello la enseñanza de Lacan es un hito en la historia del psicoanálisis, dado que implica volver a situar los pilares del planteo de Freud. En este sentido entonces el Retorno a Freud es un trabajo de delimitación de esos fundamentos que dan el marco, el material, y el instrumento de la práctica analítica 

Es con ese norte que este programa se encuentra organizado de modo tal que, partiendo de la lectura freudiana, se ubiquen las referencias lacanianas para acceder a la lectura sistemática de los Escritos. 

SEMINARIO: DESEO, FANTASMA Y ANGUSTIA

Abordaremos la noción de deseo como deseo del Otro, el enigma del Che vuoi? como un pivote central en la dirección de la cura en las neurosis. Desde allí, tomaremos la estructura del fantasma y de la angustia para situar la lógica del objeto a. Y finalizaremos ubicando la angustia de la castración y la conceptualización de Lacan respecto a un más allá del impasse freudiano. 

EL YO EN LA CLÍNICA PSICOANALÍTICA. DE FREUD A LACAN

El yo en la teoría psicoanalítica no es un término unívoco. Las diferencias son solidarias de sus dimensiones clínicas.
De modo tal que podemos ubicar una arista en la que la articulación del yo con la noción de conflicto psíquico es un antecedente del sujeto dividido, que emerge en las formaciones del inconscientes, no sin la puesta en forma de la regla fundamental de la asociación libre, condición de la operación de lectura en la intervención analítica.
La formulación de la libido señala que el yo está enclavado en un cuerpo,
que para su constitución requiere ser tomado como objeto, separándose del autoerotismo y habilitar asimismo el abordaje del semejante en la vida amorosa, aunque el cuerpo del autoerotismo persista manteniendo su ajenidad.
Asimismo es menester distinguir las nociones propuestas por Lacan del sujeto,
el Je y el moi tanto en los esquemas ópticos como en el grafo de subversión del sujeto, y aquello que queda por fuera de su supuesto dominio.
Ubicar el lugar de la angustia, cuya sede para Freud es el yo, da cuenta de que las galas narcisistas son una ficción ideal que velan su vasallaje y expresa en las tendencias masoquistas su sacrificial padecimiento anímico.