Suplencias, invenciones y soluciones en la clínica de las psicosis

Las consecuencias clínicas referidas al campo de la psicosis extraidas en las últimas décadas a partir de la enseñanza de Jacques Lacan han sido notables. Ellas permitieron modificar sustancialmente como éste era concebido y tratado. Hoy muchos pacientes psicóticos buscan un analista, demandan alguien que les ofrezca una escucha y una posición ética diferente frente aquello que los afecta. Lo hacen porque constatan que no alcanza con atemperar algunos de sus síntomas mediante el uso de los fármacos, necesitan hablar de ello. Requieren una elaboración subjetiva de su experiencia y construir un lazo inédito ahí donde todos se han cortado o nunca han existido.

La articulación de la estructura con la diacronía del caso que introdujo la orientación lacaniana amplió el campo de la clínica psicoanalítica de la psicosis al diversificar sus manifestaciones según los momentos por los que atraviesa, introduciendo así un espacio mucho más vasto que aquel clasificado por la psiquiatría clásica bajo sus formas típicas. En general, estas últimas se corresponden a las presentaciones más francas o desencadenadas. Por el contrario, señalar que una estructura psicótica puede estar compensada o estabilizada abre la interrogación sobre cómo reconocerla cuando sus fenómenos sintomáticos no la revelan de manera evidente, pero también la de poder advertir cuáles son sus recursos, creaciones y soluciones que no responden a ningún estándar o tipificación.

Dicha apertura se opone a cualquier totalización, pues depende en cada caso de la articulación entre la estructura y la singularidad del sujeto, factor inclasificable que define las suplencias e invenciones psicóticas. La práctica analítica permite reconocerlas y alojarlas en el recorrido del tratamiento, revelando así las relaciones entre el síntoma, el saber hacer del sujeto y el del psicoanalista mismo en la dirección de la cura.