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Niños fronterizos: más acá de la Neurosis, más allá de la Psicosis
A partir de finales de los años 40 del siglo pasado, la clínica psicoanalítica con niños se encuentra con la peculiaridad de casos que rebasan las categorías conceptuales hasta ese momento desarrolladas y que dificultaban la cuestión diagnóstica y su tratamiento. Las categorías de neurosis y psicosis infantiles, así como autismo resultaban impropias o insuficientes para dar cuenta de lo que ocurría con estos casos, por lo que se produce el desafío de producir un nuevo abordaje que hiciera la precisión clínica para poder hacer frente a estas nuevas patologías.
Se trataba de niños “difíciles” para la vida familiar y social y cuyos problemas desafiaban a los tratamientos psicoanalíticos emprendidos con ellos según los paradigmas de las neurosis infantiles. No eran “normales”como los niños neuróticos pero tampoco se trataba de casos de psicosis. Se trataba de niños con alteraciones en áreas de su funcionamiento psíquico, que hacían pensar en el modelo de las psicosis, al mismo tiempo que conservaban otras áreas de funcionamiento normal y la conexión con la realidad que se adecuaba al modelo esperado en las neurosis.
De este modo comienzan a utilizarse las denominaciones de “fronterizos”, situándolos entre las neurosis y las psicosis, debido al predominio de las llamadas angustias traumáticas tempranas, las defensas arcaicas, y las alteraciones en la estructuración del narcisismo. Estas pueden presentarse en una fenomenología muy diversa y extensa, entre las que encontramos: variaciones disarmónicas en el desarrollo general y cognitivo, en el pensamiento, el lenguaje y la motricidad dificultades de aprendizaje problemas de conducta con inquietud, violencia y estallidos de angustia retrasos en el desarrollo afectivo, con conductas de dependencia modos de repliegue y frialdad en el contacto afectivo y la comunicación, pobreza en el contacto con los otros trastornos psicosomáticos y dificultades en la socialización para indicar descriptivamente algunos de los más comunes.
Esto ha obligado a los abordajes psicoterapéuticos a modificar los parámetros psicoanalíticos estándar de una manera poco ortodoxa, incluyendo, entre otros y según los casos, abordajes familiares e interdisciplinarios, tales como psicopedagogía, fonoaudiología, psicomotricidad, y otros. Ha sido y continúa siendo una tarea difícil y compleja.
Actualmente constituyen el amplio campo de las consultas que se presentan a nivel de las instituciones de salud mental aunque no únicamente. Se trata niños y familias con mucho sufrimiento por los trastornos que padecen y sus consecuencias sociales. Las intervenciones psicoanalíticas tempranas y adecuadas pueden contribuir en mucho a aliviar y mejorar el estado psíquico de estos niños y evitar los agravamientos que se producen cuando quedan librados a la ampliación e instalación de formaciones psicopatológicas crónicas. Además durante el tránsito por las etapas de estructuración psíquica muchos niños con potencialidades de constitución neurótica pueden presentar algunas de estas sintomatologías y las intervenciones a tiempo pueden evitar la fijación patológica de dichos trastornos.
Se trata de niños a quienes podemos ayudar en mucho a pesar de las dificultades que presentan y para quienes nuestras intervenciones psicoterapéuticas, a pesar de los obstáculos y desafíos que debemos afrontar, pueden significar la opción de un cambio y alivio del sufrimiento que padecen en su vida psíquica y en su subjetividad, que no se hubiera producido de otro modo.
Clase 1. Conceptos de la psicopatología infantil
Clase 2. Los conceptos de angustia, trauma y la sintomatología
Clase 3. Las neurosis infantiles. Entre la psicopatología y la estructuración psíquica
Clase 4. Las patologías límite en la infancia