Lacan para niños

Asumida como una lectura compleja y ataviada con halos de potente sabiduría, la clínica propuesta por Jacques Lacan deja tras de sí interrogantes sobre su aplicación. Por otra parte, la población infantil, en días donde el matrimonio entre la ciencia y el capitalismo asume el control de los diagnósticos y tratamientos farmacológicos, se propone la escucha analítica como alternativa a las prácticas que silencian a los niños por medio del prejuicio, el deseo de los padres o la encomienda normalizadora de las instituciones. 

Si bien es cierto que desde los inicios del psicoanálisis la figura del niño quedara emparentada a una sexualidad perversa polimorfa, la clínica que del mismo pudiera emanar surgió de manera tardía en la historia del movimiento psicoanalítico. Los duelos políticos entre aquellos seguidores de la propuesta kleiniana y los partidarios de Anna Freud, sometieron a querellas que se alejaron de una reflexión epistémica que diera base para centrarse en políticas institucionales. El análisis de un Complejo de Edipo temprano frente a la propuesta reeducativa fue una constante en la época posfreudiana. 

Desde 1936, en su fallido intento por exponer su “estadio del espejo”, Lacan tratará de proponer una opción clínica respaldada en una relectura de los conceptos freudianos así la enseñanza del psicoanalista francés despegará tomando voz propia. Tomando la posta de esta propuesta, se tratará de dar cuenta de conceptos complicados que la clínica infantil puede arrojar, por lo que nociones como: inconsciente, transferencia, repetición, fantasía, pulsión y deseo desfilarán ante nosotros tomando en cuenta viñetas clínicas que orientan su aplicación, evadiendo los atolladeros del exceso de teorización. Veremos la dificultad generada al abordar las cosas desde la aplicación con niños, mismos que sabemos regularmente no demandan un tratamiento, sino que arriban a los consultorios vía la emergencia de un discurso que los señala desde un lugar complejo.

¿Dónde quedará el llamado deseo del analista para estar a la altura del lugar al que se ve convocado?

Por último cabrá la pregunta por la posición del clínico frente a las propuestas contemporáneas de subjetivación, mismas que impactan a los infantes desde edades cada vez más tempranas, y frente a las cuáles no podemos guardar distancia en aras de un pretendido dogmatismo.