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El pensamiento teórico-clínico de Jean Laplanche
Traducido a más de 20 idiomas, el Vocabulaire de la psychanalyse ha acompañado desde hace 50 años la formación de sucecivas generaciones de psicoanalistas y de todo interesado en el pensamiento freudiano. En español, por los caprichos del orden alfabético, se lo conoce como “El diccionario de Laplanche”, cometiendo al mismo tiempo una doble injusticia: Con Jean B. Pontalis, co-autor del mismo, y con el propio Laplanche, ya que su obra queda reducida, la meyoría de las veces, a este imprescindible trabajo.
Titánica tarea de investigación, traducción y elaboración del conjunto de la obra freudiana que durante 5 años, entre 1962 y 1967, a sugerencia de Daniel Lagache, ambos discipulos de Lacan llevaron a cabo constituye y a la vez marca profundamente, el pensamiento teórico-clínico de Jean Laplanche, cuya deslumbrante y rigurosa lectura de Freud se había puesto de manifiesto desde el Coloquio de Bonneval de 1960 en la famosa ponencia, esta vez con Leclaire, acerca del inconciente.
Incansable trabajador de la obra de Freud, Laplanche va articulando, a lo largo de su enseñanza, una serie de “restos” teóricos, producidos por su método de lectura del cuerpo teórico freudiano y explicitado en su texto programático “Interpretar (con) Freud”, que poco a poco irán configurando una propuesta teórico-clínica novedosa y fundamental, conocida como Teoría de la Seducción Generalizada (TSG).
Desde el abandono o represión de la teoría de la seducción elaborada por Freud en el período de 1892 a 1897, seducción factual por parte de un adulto perverso determinante de la etiología de la neurosis, la tradición psicoanalítica y su historia oficial (comandada por el propio Freud) señalan que el descubrimiento de la fantasía y el Edipo fueron posible. Sin desconocer las aperturas posibilitadas por la renuncia freudiana a encontrar la verdad en una suerte de escena primordial, Laplanche dirá que al mismo tiempo que se impone la trama edípica y los fantasmas originarios, se inaugura una “falsa vía”, por donde se encaminará una concepción biologizante de la sexualidad en psicoanálisis.
Es con el objetivo de no perder la especificidad del psicoanálisis y para reubicar el conflicto psíquico, al mismo tiempo que la sexualidad pulsional o el inconciente sexual infantil y reprimido, que Laplanche intentará articular los momentos de verdad de la teoría “restringida” de la seducción freudiana (calibrando aciertos y errores) con los desarrollos vinculados a la diferencia decisiva entre el instinto y la pulsión o entre los elementos autoconservativos y aquellos sexuales que definen el devenir del cachorro humano.
Para no hacer de esta invitación un artículo, digamos que el profundo y riguroso trabajo metapsicológico al que nos invita la obra de Laplanche, como en algún momento dijo Silvia Bleichmar, no cede a las fórmulas vaciadas de contenido y rompe el mantra repetitivo de todo dogmatismo. Trabajo a contrapelo de todo aquello que en psicoanálisis ha devenido “el deber ser” de una escolástica que clausura las posibilidades de pensar crítica y clínicamente, en el interior esterilizante del cómo se debe pensar y del qué se debepensar.
Digamos finalmente que este pensamiento, profundamente antidogmático, no deja de tener consecuencias clínicas de relevancia ya que recupera, a partir de la prioridad del otro adulto que implanta la sexualidad en su cría, la historia acontecial, traumática y singular en la constitución del psiquismo, y sostiene que la materialidad inscripta de los mensajes enigmáticos provenientes del ambiente, es decir, lo que Laplanche denomina realismo del inconciente, se articula a partir de la recomposición metabólica de los restos no traducidos de las traducciones o simbolizaciones, que ligan de un modo diverso las representaciones en su heterogeneidad.
Este modelo teórico-clínico (TSG) permite articular las dimensiones externas e internas en la constitución subjetiva y renovar entonces la potencia heurística del psicoanálisis, destacando su fecundidad y vocación transformadora ya que forma parte de su propia red conceptual el hecho de revisar lo que cada época impone tanto como moda teórica o como rémora ideológica.
La situación analítica y la transferencia, entendidas en mutua instauración a partir de los rehusamientos del analista y de su estatuto de piloto del método y garante de la regla fundamental, hallan su fundamento y su coherencia en la TSG y en la noción de asimetría que la constituyen.
Intentaremos en este curso, realizar una aproximación a los núcleos decisivos del pensamiento de Jean Laplanche y a partir de ellos, extraer la mayor cantidad de consecuencias posibles para nuestra clínica.
Clase 1. Breve presentación gráfica e institucional.
Clase 2. Vida y muerte en psicoanálisis.
Clase 3. El objeto fuente de la pulsión.
Clase 4. La prioridad del otro y los nuevos fundamentos para el psicoanálisis.
Clase 5. Situación analítica y situación antropológica.
Clase 6. La provocación de la transferencia.