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El juego en las neurosis y en las psicosis infantiles
Este seminario entrecruza dos caminos que raramente se cruzan: la psicosis infantiles y el jugar. En la actualidad, las psicosis infantiles han perdido casi todo su terreno en la teorización y en la clínica psicoanalítica, fagocitadas por la expansión ilimitada del autismo, ocultas tras los problemas del desarrollo infantil, confundidas con las psicosis del adulto. Este seminario intentará recuperar la potencia y la fecundidad de la categoría de psicosis infantil para la práctica del psicoanálisis con niños, repensando sus coordenadas teórico-clínicas. Y este trayecto tendrá como hilo conductor el jugar.
Una de las grandes dificultades que presenta la teorización de las psicosis infantiles es que muy generalmente son asidas en términos puramente deficitarios. Claro que todo déficit supone un parámetro respecto del cual se ubica como carencia, y este parámetro es sin dudas la neurosis. En gran parte del psicoanálisis contemporáneo, neurosis es el eufemismo inconfesable de la Normalidad. La neurosis es el lugar donde la normalidad se ha enquistado y todo lo que queda por fuera de ella es concebido tácita o explícitamente en términos deficitarios. En este sentido, una pregunta que a veces circunda en los diversos ámbitos de reflexión sobre la práctica del psicoanálisis es si los niños a dominancia psicótica juegan o no. Es ésta una pregunta que tiene un fondo moral y normalizante, porque en ella se halla implícito que aquello que llamamos juego, en sentido estricto, es el juego neurótico. Ahora bien, digámoslo claramente, el eje normalidad-patología no es un eje clínico sino moral. Por eso, bajo el yugo de la normalidad, el hecho clínico inobjetable de que los niños a dominancia psicótica juegan – a veces prolíficamente- durante las sesiones, es sustituido por una pregunta moral: ¿se trata verdaderamente de juego en las psicosis? En otras palabras, ¿no es el juego psicótico un desvío respecto del verdadero juego, el juego normal, el juego neurótico?
La pregunta que interroga a nuestra práctica no es entonces si los niños a dominancia psicótica juegan, sino cómo juegan. Más aún, ¿no es posible leer los resortes más sutiles de una psicosis infantil precisamente en la forma en que el niño juega? ¿No son las psicosis infantiles, del mismo modo que las neurosis, en buena medida formas de jugar? Y tanto en las neurosis como en las psicosis, ¿no es precisamente la forma de jugar de un niño la que dibuja los contornos de la intervención del analista? Las diversas modulaciones del jugar no sólo permiten establecer diagnósticos diferenciales en la infancia sino, además, en torno a la forma de jugar se va definiendo ese estilo único, esos rasgos absolutamente singulares de un niño que van trazando en puntillado los trayectos de un análisis.
El jugar neurótico y psicótico se delimitan y se iluminan mutuamente, cada uno permite aproximarse al reverso inasible del otro. La neurosis opera como modelo para pensar aquello que la psicosis oculta, del mismo modo que la psicosis permite leer lo subrepticio de la neurosis. Por ejemplo: ¿no devela el juego psicótico la textura más fina de ese fondo terrorífico que el juego neurótico vela constantemente? En este sentido, la construcción de una teoría del juego no va de la neurosis a aquello que la excede, del centro a sus periferias, sino, bien al contrario, una teoría psicoanalítica del juego sólo puede ser situada en la tensión entre el jugar neurótico y el jugar psicótico.
Pensar el jugar es pensar el centro de gravedad de la constitución del psiquismo infantil y por ende de la clínica con niños, sean niños a dominancia neurótica o psicótica.
Clase 1. Las psicosis infantiles en el psicoanálisis contemporáneo.
Clase 2. Modos del jugar e intervenciones del analista en las neurosis del niño.
Clase 3. El repliegue del espacio reflexiona en el juego de los niños a dominancia esquizofrénica.
Clase 4. El jugar perturbado y la amenaza de estallido en los niños a dominancia persecutoria.
Clase 5. Consideraciones acerca del diagnóstico temprano en psicoanálisis.